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La libertad, es ese conjunto de cosas que decido hacer o no hacer según me place, sin importarme lo más mínimo lo que puedan pensar los demás.

Hay personas que no entienden que, el día que dejen de alimentar sus dramas, empezará a salirles el sol

La vida da para todo, no dejemos que el tiempo nos apague, que la rutina nos persiga, que la ilusión desaparezca. Retomar sueños y cargarnos de ilusiones sienta de maravilla, nos hace rejuvenecer.




Dicen que en la vida, para disfrutar, hay que ir haciendo cosas. Pero yo creo que es más importante dejar de hacer...
Dejar de decir algo para quedar bien con según que gente. Dejar de escuchar consejos de personas que no nos aportan nada. Dejar de sentir miedo por lo que puedan pensar de nosotros.
Dejar de sentirte poco valorado, el valor te lo das tú mismo. Dejar de sentirnos obligados a dar explicaciones, a justificar lo que hacemos. Dejar de hacer lo que quieren otros a costa de nuestra felicidad. Dejar de disculparte por tener una opinión diferente.
Dejar de sentirte inferior ante cualquiera y dejar de auto compadecernos, porque toda persona es héroe solo por el hecho de afrontar lo que la vida le va echando en su camino.
Dejar de vivir encorsetados por normas que nosotros mismos nos ponemos y vivir más de acuerdo a lo que pensamos, a lo que somos y a lo que queremos llegar a ser.


He aprendido a pasarme por el forro de la chaqueta a esa gente que disfruta de su pedantería, que se cree perfecta en su escritura y en su dialecto, en sus formas y maneras, en su educación y en su condición.
No soporto ni a presuntuosos ni a jactadores, ni a quien aprovecha desatinos de otros para darse un homenaje.
Adoro las personas sencillas, que te dicen las cosas a la cara y que si cometes un error, no lo aprovechan para deleitarse ante los demás.
Por sus actos los reconocerás, a los unos y a los otros...



El 14 de febrero, día de los enamorados en España o del amor y la amistad en otros países del mundo, se ha convertido en una transacción económica para una buena porción de comerciantes.

Lo cierto es que el sector comercial se beneficia con esta engañosa celebración que cautiva a una sociedad que en la actualidad carece de ingresos suficientes para subsistir, pero en cambio, no le importa hacer gastos excesivos en esta fecha señalada.

No estoy en contra de este día especial para las personas que aman, pero para procesar amor y demostrarlo no es necesario obsequiar con un regalo material un día señalado.

Pienso que los detalles en una pareja deben ser diarios, y no necesariamente tangibles, sino afectivos: un gesto, una palabra, un beso, un abrazo… estos son los alicientes que necesita una pareja día a día.

Un regalo físico se puede obsequiar en cualquier momento, siempre y cuando apetezca hacerlo y no sea tomado como una obligación. También cuando se puede, porque lamentablemente no corren buenos tiempos para el gasto económico.

Esta fecha engañosa tiene su origen en la época del imperio romano cuando un sacerdote llamado Valentín se atrevió a desafiar al emperador Claudio II para casar a escondidas a las parejas de enamorados, algo que estaba completamente prohibido en ese entonces.

El día que el emperador ordena su ejecución es un 14 de Febrero, una fecha que se convierte en tradición mundial al comienzo del siglo XX.

San Valentín, ya coronado como Santo, se ha convertido en un día especial para todos los que creen en el Amor, y son muy pocos los que no lo hacen.

Lo que está claro es que es un día como los demás, puede ser especial para unos y desastroso para otros, en tal caso creo que hay que mirar todos los días del año por igual, porque todos pueden ser ídem de especiales o igual de desafortunados.

Lo material no nos hace más felices, lo afectivo nos alimenta cada día, por eso hay que demostrarlo los otros 364 días del año. No existe manera más representativa de demostrar los sentimientos, y si eres de los- as que lo hacen todo el año, disfruta de tu San Valentín.







Morado 2024