Yo sé qué tipo de gente quiero a mi lado.
Gente que me enseñe con lo que vive, no con lo que cuenta o aparenta.
Gente que sepa escuchar con respeto, aunque no comparta mi opinión.
Gente que no se muestre ni inferior ni superior.
Gente que no traiga quejas permanentes, sin al menos aportar alguna iniciativa.
Gente que no dé lecciones.
Gente que sepa que hay momentos para callar y momentos para hablar
y que sea capaz de distinguirlos.
Gente que no traiga las soluciones para el mundo sin haber hecho antes una mirada interior.
Gente que pueda decir “no sé”
con humildad y sin sonrojo.
Gente que no generalice, juzgue, opine, considerando la suya la única verdad.
Gente que no precise etiquetarme.
Gente de esa, que no sabes por qué, pero que te hacen sentir a gusto, con ganas de pasar más tiempo a su lado, sabiendo que, junto a ellos, siempre sale lo mejor de ti.
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