Para ser feliz, tienes que rodearte de personas que te quieran, personas que te ayuden en determinados momentos, personas que te roben una sonrisa y que limpien esa lágrima que se puede escapar en algún momento, personas que pierdan su tiempo por ti y te defiendan a capa y espada. O sea.., personas que valgan la pena de verdad.
Todo lo demás son gente, y con la gente nunca podrás contar.
La inteligencia de una persona no se mide por su grado de estudios.
La inteligencia de una persona queda patente en las decisiones que toma día a día, en su capacidad para resolver sus propios problemas, en como actúa ante situaciones de máximo estrés, en no volver a repetir acciones que le trajeron problemas en el pasado, en la empatía que demuestra hacía los demás, en saber separarse de las personas que restan y rodearse de las que suman, en la perseverancia para conseguir sus metas y en la confianza que tiene en si mismo.
Quítale todo esto a una titulación y solo te quedará una nota sin futuro.
Hay días que necesitas doble ración de todo; de cariño, de amor propio, de paciencia, de confianza, de sentido del humor y de un refrescante agua de limon
yolan
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