Si hablan mal de ti no te preocupes, no sientas rabia ni te enfurezcas, probablemente tengas mucho de lo que a ellos les falta. Recuerda: solo la gente sin vida necesita de otra para vivir... ¡y qué pena!
En la vida tiene que haber tiempo para todo! ...Y si no lo hay, se busca!
Adiós a esa gente que multiplica sus problemas y se regocija en el dolor. Gente negativa que no progresa, que compite cada día por ver a quién le va peor. Aquellos que lloran y no sueñan, que se quejan y no luchan, que amargan a cualquiera y, encima, no piden perdón.
¿No sabéis vosotros que la vida está llena de problemas, como para encima multiplicarlos por dos?. Adiós, y fuera de mi vida. Adiós sin el corazón.
La felicidad es llegar a casa, cerrar la puerta, quitarte los zapatos, mirar a tu alrededor y saber que nadie te ha regalado nada. Es haber alcanzado el equilibrio que tu vida necesitaba, y por supuesto después de haber batallado todos estos años como una jabata. Es llamar por teléfono a tu madre, a tu padre o a tus hermanos y ver que disfrutan, que están sanos. Es hacer rutina, pero de la que mola. Preparar una simple cena con tu chico, comentar cómo ha ido el día y hablar del mañana. Es bromear, cabrearlo y hacerle cosquillas hasta rabiar. Es acostarte en la cama y saber que está tu lado, que no se irá. Es saber que sobran manos para cuidarte, que no estás sola. Qué elegiste al mejor y aquí lo tienes. Es cerrar los ojos, relajarte, darle un beso de buenas noches y que te susurre al oído “hasta mañana”.
Esta es mi felicidad y la única dosis diaria que necesito... y si ahora mismo me preguntaran qué me puede la vida regalar, estoy tan segura de tenerlo todo que no querría nada
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