A veces los príncipes azules no tienen caballo ni brillante armadura. A veces son introvertidos, no dicen te quiero, no te adulan todo el tiempo ni te llevan a sitios caros.

A veces llevan tatuajes, hablan sin filtro y dicen groserías.

no son perfectos. Porque ni falta que hace.

Pero a veces son los más leales, los mejores cómplices, los mejores amores.

Y a veces, tampoco son príncipes, pero casi siempre son exactamente lo que en el fondo de tu corazón estabas buscando.

 

Deseamos lo que no tenemos, compramos lo que no necesitamos y queremos lo que perdemos al no saber valorarlo.

Y todo mientras vivimos de lo que opinan los que nada nos importan.

¿Te acuerdas quien eras antes de que el mundo te dijera quien deberías ser?

No esperes que todo el mundo te ame. La mayoría de las personas ni siquiera se aman a sí mismas.