Y de repente un día descubro lo efímera que es la vida y de lo poco que disfruto de las cosas que tanto me gustan.
Disfrutar del café. pasear de la mano con mi amor..viajar..
Parar un instante, dejar lo que estoy haciendo y disfrutar del día de sol, de mi terraza, del amanecer, de la gente que miran sorprendidos y que extrañaban ya esas caras sin mascarilla.
Se nos escapa la vida entre mil cosas que en la mayoría de los casos pueden esperar y que nos absorben hasta la extenuación.
Quienes no saben lo que quieren siempre terminan perdiendo por miedo, perdiendo a quien los ama, perdiendo oportunidades de ser felices. perdiendose entre miles de mascaras que simulan ser...
Ser exitosos, hermosos, populares. Ser socialmente aceptados, ocultandose hasta de ellos mismos.
El día amanece gris como amanece el mundo. El invierno ante la sin razón, el odio, el miedo que nos rodea y que no entiende, no quiere dejar paso a los colores de la primavera. Piensa que la bella primavera no se merece ver sus colores pastel teñidos de sangre y emborronados por las lágrimas. Ya su blanca nieve está manchada con la sangre de los inocentes que siempre son los mismos muertos en todas las guerras.
Maldigo a quien roba a la infancia el derecho de ser niños, de ser protegidos, cuidados y respetado. Maldigo las tristes guerras donde los políticos deciden el futuro de un planeta, donde los ricos suben los precios y al resto no les queda más que mandar a sus hijos al frente, huir del horror o morir de hambre, por ser objetivo militar o por cualquier capricho del que se cree superior. Para que cuando la guerra acabe los políticos miren para otro lado, los ricos sean aún más ricos y el resto busque en silencio la tumba de sus muertos que quedan diluidos en números que llenan las estadísticas.
Hoy mi alma es un desierto que no olvida aquel jueves de hace 18 años donde la vida de Madrid se quedó anclada a las vías del tren.
Mi alma vierte su tristeza y piensa que en las guerras los muertos son siempre los mismos, aunque unas parecen más horribles que otras, siempre es muerte y dolor.
Hoy quisiera que acallase el ruido, quisiera vivir a espaldas a esta realidad que me arranca la manta y me congela el corazón... y que hace que cada día se me haga más difícil
Disfrutar del café. pasear de la mano con mi amor..viajar..
Parar un instante, dejar lo que estoy haciendo y disfrutar del día de sol, de mi terraza, del amanecer, de la gente que miran sorprendidos y que extrañaban ya esas caras sin mascarilla.
Se nos escapa la vida entre mil cosas que en la mayoría de los casos pueden esperar y que nos absorben hasta la extenuación.
Quienes no saben lo que quieren siempre terminan perdiendo por miedo, perdiendo a quien los ama, perdiendo oportunidades de ser felices. perdiendose entre miles de mascaras que simulan ser...
Ser exitosos, hermosos, populares. Ser socialmente aceptados, ocultandose hasta de ellos mismos.
El día amanece gris como amanece el mundo. El invierno ante la sin razón, el odio, el miedo que nos rodea y que no entiende, no quiere dejar paso a los colores de la primavera. Piensa que la bella primavera no se merece ver sus colores pastel teñidos de sangre y emborronados por las lágrimas. Ya su blanca nieve está manchada con la sangre de los inocentes que siempre son los mismos muertos en todas las guerras.
Maldigo a quien roba a la infancia el derecho de ser niños, de ser protegidos, cuidados y respetado. Maldigo las tristes guerras donde los políticos deciden el futuro de un planeta, donde los ricos suben los precios y al resto no les queda más que mandar a sus hijos al frente, huir del horror o morir de hambre, por ser objetivo militar o por cualquier capricho del que se cree superior. Para que cuando la guerra acabe los políticos miren para otro lado, los ricos sean aún más ricos y el resto busque en silencio la tumba de sus muertos que quedan diluidos en números que llenan las estadísticas.
Hoy mi alma es un desierto que no olvida aquel jueves de hace 18 años donde la vida de Madrid se quedó anclada a las vías del tren.
Mi alma vierte su tristeza y piensa que en las guerras los muertos son siempre los mismos, aunque unas parecen más horribles que otras, siempre es muerte y dolor.
Hoy quisiera que acallase el ruido, quisiera vivir a espaldas a esta realidad que me arranca la manta y me congela el corazón... y que hace que cada día se me haga más difícil
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