Permítete una caída...una lágrima..un "no puedo más". Permítete un día de decepción...forma parte de la vida. Precisamente es en esos días...donde más aprendemos a querernos...a superar batallas interiores...es donde más valoramos una sonrisa...un abrazo...una persona y la vida
Abrazo mi madurez...
Mientras mayor me hago, más apetito por la vida y más aprecio por ella tengo.
Creo que cuando era joven no le prestaba atención a esto, porque en ese tiempo pensaba que era eterna, pero recientemente la situacion hace completar el dolor de los seres queridos y entendí que la vida son sólo unos segundos.
Creo que cuando era joven no le prestaba atención a esto, porque en ese tiempo pensaba que era eterna, pero recientemente la situacion hace completar el dolor de los seres queridos y entendí que la vida son sólo unos segundos.
Precisamente es en esos días...donde más aprendemos a querernos...a superar batallas interiores...es donde más valoramos una sonrisa...un abrazo...una persona y la vida
La vida es preciosa; y cuando has perdido gran cantidad de gente, te das cuenta de que cada día es un regalo
La vida es preciosa; y cuando has perdido gran cantidad de gente, te das cuenta de que cada día es un regalo
Yolan
Hoy me despierto soñando con lunas llenas que se tiñen de sangre frente a un sol enamorado.
La vida sigue su devenir diario, siguen cayendo hojas de mi calendario vital. Unas emborronadas, otras en blanco, otras llenas de versos alejandrinos que hablan de días de sol, de risas, de sal, de besos. Extraña sucesión de acontecimientos que narró a veces como espectadora de mi circo de las irrealidades y otras en primera persona, protagonista subversiva de mis pensamientos.
Hago pacto con mis demonios y los siento a la mesa, les invito a café y bailamos un vals desnudos al amanecer, con los sentimientos en carne viva, con el alma al aire tan desnuda que se le pueden contar todas sus cicatrices. Algunas tan recientes que todavía sangran entre los puntos de sutura que evitan que se desgarre y se convierta en girones de nada, que se convierta en indiferencia, en un agujero negro donde mis veintiún gramos de esencia se dispersen en una humareda de soledades, de dolor, angustia y hastío que me vuelvan una convidada de piedra en mi propia vida.
Hoy me despierto sin sentir que soy un elefante en una cacharrería. Hoy me despierto alejada de nuevo del suelo.
Hoy retomo el viejo cazamariposas de palabras, ese que es tan viejo como lo soy yo y conoce esas historias que en los días de bruma solo escribo para mí. Con el atrapo al vuelo, sentimientos, ironías, y todo aquello que mis ojos miopes observan tras los cristales de mis gafas.
Hoy miro al cielo que se une con el mar y destejo y tejo historias, algunas se quedan en la gaveta del olvido, otras viajan por la red y otras navegan por mis venas y son esas las que sueñan con mariposas y las que cuando más hundida estoy sin yo saberlo me hacen alzar los pies del suelo y me ayudan a volar.
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