Para ser feliz, tienes que rodearte de personas que te quieran, personas que te ayuden en determinados momentos, personas que te roben una sonrisa y que limpien esa lágrima que se puede escapar en algún momento, personas que pierdan su tiempo por ti y te defiendan a capa y espada. O sea.., personas que valgan la pena de verdad.
Todo lo demás son gente, y con la gente nunca podrás contar.
El fruto prohibido es el más apetecible.
Hay un encanto sobre lo prohibido que hace que sea indescriptiblemente deseable. Si Dios creo la manzana fue para que nos la comamos
Yolan
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