Pensamientos

 Soy quien se pierde entre las páginas de un libro y se olvida del mundo que la rodea.


Soy quien apasionadamente vive la música y sin ella no sabría ni podría vivir ya que necesito que los acordes y notas envuelvan mi vida en un torbellino de belleza y armonía.
Soy mujer de una sola cara, la que habla según piensa, la que llora con los males del mundo, con las pelis de amor y con las emociones, la que ama sin medida, la que se ríe de su sombra y se ríe siempre contigo nunca de ti, pasional como la tierra que me vio nacer y donde entierro mis raíces, orgullosa de mis orígenes y de mi mejor tesoro que siempre será mi familia.
Soy mujer, hija, madre, amiga, amante, esposa que siempre lleva como seña de identidad una sonrisa, sonrisas que regalo aunque a veces este hecha pedacitos de tristeza. Sonrisa que ahora escondo tras mi mascarilla pero que se escapa por mis ojos y los llena de interesantes arruguillas que entrecomillan mi mirada. Soy la mujer que sabe que siempre después de la tormenta brilla en el cielo un magnifico arco iris acompañado por un espléndido sol.
Soy la mujer imperfecta que cada mañana se desdibuja entre las palabras que inventa abrazada a una taza de café y para quien a la palabra imposible siempre le van sobran dos letras…

 

Cuando la vida te enseña que es tan solo dos trazos y un borrón te das cuenta de lo importante que son las pequeñas cosas de la vida. Muchos pensarán que he cambiado y quizás es así. Sencillamente mis prioridades han cambiado y he aprendido a respetar y a amar a la mujer que soy, ha llegado a mi alma la tranquilidad y una paz que no conocía y que me hace sin ser egoísta feliz.Ni santa ni mártir lo que si soy cada día más humana y menos perfecta. He aprendido a comer sin culpa, a reír desde las entrañas y salir de casa despeinada porque todo lo importante de esta vida despeina. Hoy por fin me quiero sin medida y he aprendido a vivir y sentir la vida con pasión. Con la pasión de saber que estoy viva.

Hoy pienso que estoy mejor ahora que hace unos años atrás porque ahora estoy llena de paz y de armonía. De las heridas del pasado solo quedan unas finas cicatrices que me enseñaron a no encariñarme con la piedra que me agrede. En estos años he descubierto que ser sensible no es sinónimo de frágil y que soy más fuerte de lo que yo misma pensé. Y aunque la felicidad es efímera cada día tengo un nuevo motivo para sonreír. Y a la vida le prometo que aunque un día tenga los ojos tristes seguiré bailando
creo que aunque han pasado los años le he robado al tiempo una serenidad y una paz que a mis ojos miopes me hacen pensar que no hubo un tiempo mejor porque de un tiempo a esta parte he aprendido a amarme. Y de pronto un día todo empezó a irme bien.