Amor... Nunca cuatro letras han dicho tanto en tan poco espacio. El amor debería ser el motor del mundo, quien nos impulse a vivir, quien nos reste preocupaciones y nos arrope el corazón cuando la vida se ponga cuesta arriba.
El amor, se debería de predicar todo el año, no solo hoy porque lo impone el calendario.
Amor es que te pregunten como estás, que te hagan un café por la mañana, amor es un abrazo a destiempo que nos traslada más allá del miedo.
Amor es compartir cada mañana, lo bueno, lo malo y lo peor sin perder el norte porque sabes que quien camina a tu lado no te va a dejar caer.
Yo celebro el amor los 365 días del año, celebro el amor a mi pareja, a mi hija, a mi madre, a mis amigos, a mi misma, a mis ronros, a la vida y al prójimo.
Ay amor que hermosa es la vida cuando tú me tocas con tu mano invisible. Ay cerebro gracias por dejarte llevar por el amor que habita en mi corazón y me hace humana y mejor.
Hay personas que, para que se les preste atención, buscan el 'más difícil todavía'.
En esa búsqueda, agobian y saturan a los demás e incluso llegan a resultar ridículos y cansinos. Querer llamar la atención a cualquier precio produce justo el efecto contrario, el del rechazo.
Dejar que fluyan las cosas, no forzar nada, ser tu mismo, acompañar y dejarte acompañar, querer y dejarte querer, ayudar, escuchar, respetar... Actitudes fáciles por las que se te valorará.
Y no olvidar que, ir por la vida con una sonrisa, es una perfecta forma de llamar la atención.
No fuerces.
Cuando los ojos disfrutan de la sencillez se llenan de luz. Hoy salí de mi casa sin ninguna pretensión tan solo dejé que la vida me sorprendiera. Y lo hizo de una manera muy grata que me inundó de belleza.
Dicen que en la vida, para disfrutar, hay que ir haciendo cosas. Pero yo creo que es más importante dejar de hacer...
Dejar de decir algo para quedar bien con según que gente. Dejar de escuchar consejos de personas que no nos aportan nada. Dejar de sentir miedo por lo que puedan pensar de nosotros.
Dejar de sentirte poco valorado, el valor te lo das tú mismo. Dejar de sentirnos obligados a dar explicaciones, a justificar lo que hacemos. Dejar de hacer lo que quieren otros a costa de nuestra felicidad. Dejar de disculparte por tener una opinión diferente.
Dejar de sentirte inferior ante cualquiera y dejar de auto compadecernos, porque toda persona es héroe solo por el hecho de afrontar lo que la vida le va echando en su camino.
Dejar de vivir encorsetados por normas que nosotros mismos nos ponemos y vivir más de acuerdo a lo que pensamos, a lo que somos y a lo que queremos llegar a ser.
He aprendido a pasarme por el forro de la chaqueta a esa gente que disfruta de su pedantería, que se cree perfecta en su escritura y en su dialecto, en sus formas y maneras, en su educación y en su condición.
No soporto ni a presuntuosos ni a jactadores, ni a quien aprovecha desatinos de otros para darse un homenaje.
Adoro las personas sencillas, que te dicen las cosas a la cara y que si cometes un error, no lo aprovechan para deleitarse ante los demás.
Por sus actos los reconocerás, a los unos y a los otros...
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