Como si el tiempo curase todo...
Más él también destruye, corroe, separa y cambia a las personas.
El tiempo que trae es el mismo que lleva. Lleva momentos, recuerdos, amigos y amores..hasta salud.
Él tiene mucha prisa. Por eso es importante aprovechar y saber valorar cada segundo. Porque hay un tiempo para todo; excepto para ser desperdiciado...
Vivir es una oportunidad, así que actuemos para nuestro mejor papel porque la vida es una obra de teatro sin ensayos previos y no vivimos lo que nos sucede sino la forma que tenemos de enfrentarlo y si fracasamos, cosa que puede pasar y que nos pasará a menudo, no nos rindamos porque lo importante en esta vida es asumir riesgos y eso lo hacemos constantemente.
No esperemos a que alguien nos diga que tenemos que hacer y vivamos hasta quedarnos sin aliento.
Mitad de semana entre cabriolas de sueños. Amanece como en el poema de Lorca un cielo grande y sin gente, sin nubes en el horizonte y que si no fuera por el frío que se cuela por la ventana entre abierta bien podría ser un amanecer de finales de primavera.
Me tomo mi café sin prisas, hoy toca pasar el día en mi atalaya improvisada donde a ratos veo otras vidas pasar frente a mi escaparate.
Los pájaros que habitan en mis huertos me dan los buenos días, a lo lejos un burrito rebuzna feliz y un gallo despistado entona su canto entre los ladridos de los perros. La vida se despierta en este barrio de medianías donde los vecinos nos conocemos por nuestros nombres y que con el paso de los años se han convertido en familia.
Miro el calendario y pienso en todo lo que esta pandemia me ha enseñado y me ha robado y suspiro deseando que este año aunque sea con mascarilla podamos retomar nuestras tradiciones que tenemos guardadas a la espera de que todos esto pase.
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